Ciencia

Armas biológicas: la ciencia como método de destrucción

Aunque la ciencia es el motor que impulsa al mundo hacia el futuro, ayudándonos a develar incluso los misterios del universo o encontrar la cura de nuevas enfermedades, también puede usarse como método de destrucción masivo, y una manera de hacerlo es por medio de las armas biológicas.

De hecho, un enorme número de países han establecido medidas rigurosas para prevenir los ataques silentes a través de estos patógenos mortales y altamente contagiosos.

¿Qué son las armas biológicas?

Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos, definen a las armas biológicas como los virus, gérmenes o bacterias modificadas en laboratorios con el fin de hacerles más peligrosos, resistentes a los tratamientos médicos, e incrementar su capacidad de propagarse.

Es por ello que sus consecuencias pueden ser letales, pues no se detectan con tanta facilidad como otros tipos de armas, sean nucleares o químicas.

En este sentido, las armas biológicas son capaces de esparcirse por el aire, el agua, los alimentos o incluso con el contacto directo entre personas.

El Ántrax y el bioterrorismo

A los ataques biológicos también se les conoce como “bioterrorismo”, es decir, la acción de liberar patógenos voluntariamente para matar o infectar personas.

Según los CDC, el Ántrax es uno de los agentes contaminantes que posiblemente se usen para este tipo de tácticas terroristas.

Esto se debe a que la Bacillus anthracis, en otras palabras, la bacteria responsable de este mal, puede permanecer por mucho tiempo en el ambiente.

Las partículas de esta bacteria son extremadamente pequeñas, logrando así, pasar desapercibidas hasta en aerosoles, polvos, comida o agua.

Los CDC afirman que esta es una de las armas biológicas más peligrosas que se pueden y se han utilizado, tal como sucedió hace 19 años en E.E.U.U., cuando murieron 5 personas a causa de un acto de bioterrorismo con Ántrax.